martes, agosto 19, 2014

Comunicación Diplomática

Uno de los muchos mitos en torno al mundo diplomático es que la comunicación no existe, que el secreto y las jerarquías mandan. No obstante hay dos muestras actuales (las dos de hoy) en las que lo diplomático puede y debe ser gestionado:
1.- La respuesta que debió dar alguien "no jerárquico" en la Cancillería a una editorial que cuestionaba el viaje de la Presidenta Bachelet a Angola. La carta al director constituye un producto comunicacional emitido por el Director (S) General de Política Exterior. Destaco la "S" porque se trata de alguien que normalmente no estaría expuesto, pero que se vio obligado a asumir un rol de vocería para representar una respuesta institucional.
2.- La reunión de ex cancilleres para una acción comunicacional que explique las razones por las cuales se impugna al Tribunal Internacional de La Haya en el caso de la demanda boliviana es una muestra de que se puede realizar una acción institucional coordinada. Las herramientas del Plan de Marketing aplicado a la comunicación serían interesantes aquí...

jueves, octubre 20, 2011

Libro de Resiliencia en Librerías TXT

Desde el lunes próximo se podrá encontrar en la cadena de librerías TXT el libro "Resiliencia: levantarse mil veces y seguir luchando"... a disposición de todos.

miércoles, octubre 19, 2011

Entrevista sobre Resiliencia en CNN

Interesante experiencia esta de ser entrevistado. Creo que sirvió para que el concepto quede más claro. Vea la entrevista completa aquí.

martes, octubre 18, 2011

Cómo llegué a la Resiliencia

Llegué a la resiliencia como llega la mayoría de nosotros: cayendo, perdiendo, fracasando. La primera lección me la dieron mis padres, que me dejaron equivocarme cuantas veces fuera necesario para encontrar mi camino, sin nunca imponerme el suyo. Me dejaron construir mis sueños, me dejaron enamorarme, me dejaron meterme en el lodo, elegir mis amistades y desilusionarme. No como observadores no participantes: opinantes, pero nunca intervinientes, y apoyando mis decisiones.

El tiempo siempre va demostrando el valor de las decisiones, que se miden sobre el cumplimiento de los sueños.

Más adelante, vino el recuperarme de las pérdidas. No me refiero a las pérdidas de trabajos o fracaso en proyectos, que son diarias y también forman parte del aprendizaje. Me refiero a las pérdidas de las personas que se ama. Experimentar la muerte es la forma más dura de la pérdida. Es un recordatorio doble: por una parte, de que aquello que amas se puede ir irremediablemente de tu lado en cualquier momento, aunque haya sido en lo que más apoyabas tu vida. Y por otra parte, un recordatorio de mi propia finitud, de que yo mismo puedo terminar mi existencia en cualquier momento, aquí y ahora, o más tarde, al salir de este recinto.

Al tomar conciencia real de esa experiencia de pérdida, de otros y de uno mismo, sólo en ese momento, con conciencia real, no teórica, es cuando te enfrentas a la pregunta: “Qué hago ahora”. Todo aquello por lo que fui o lo que quiero ser, se va o puede irse. Qué me puede impulsar a seguir respirando día tras día tras día en esa condición inestable, de pánico constante ante la pérdida, de incertidumbre, de caminar en un pantano.

Esa es la aproximación que trato de hacer en el libro… advierto altiro que no es un acercamiento sicológico, no soy sicólogo. Es la constatación de aquello que vi en mí y he visto en otros que han sido capaces de seguir respirando, batallando, trabajando, amando, a pesar de cosas terribles, y de otras no tan terribles, pero que en suma nos tienden a aplastar el alma.

En resumen, se trata de creer en un camino, una forma de hacer las cosas que esté determinado por algo más allá de mi mismo. Seré capaz de resistir más o de levantarme más en cuanto la medida de todas las cosas deje de ser yo mismo. El narciso nunca será resiliente.

Se trata de tener una voz interior que me levante, que me movilice físicamente aunque mis fuerzas se hayan agotado. Es como la voz del couch, la que nos dice que estamos vivos y que tenemos la obligación de seguir, aunque el dolor nos invada, aunque la pena nos quite el aliento. Estamos VIVOS.

¿Se dan cuenta que ese mismo hecho es un milagro en sí mismo? Dado que podemos dejar de estarlo en cualquier momento (como nos lo recordó de manera trágica el accidente en Juan Fernández), tomando en cuenta la dificultad incluso para la creación de la vida orgánica en el universo… nuestra propia existencia es milagrosa. Sobrevivimos a las vacunas, a las enfermedades, a cruzar la calle, a la nutrición defectuosa de la sociedad moderna… y aquí estamos. VIVOS. Este milagro nos debería impulsar a la acción, a movilizarnos físicamente sin perder un segundo de la existencia preciosa y universalmente rara que se nos ha dado.

Se trata, en definitiva, de creer que las cosas pasan por algo y tener la sabiduría de entenderlo en el momento preciso o incluso de construir ese algo. Steve Jobs lo decía con una metáfora de la conexión de los puntos. Decía que había cosas que había hecho en su juventud, cosas que parecían locas o sin sentido, cosas que aprendió pero que no parecían ser lógicas o útiles y que le sirvieron años después para cada proyecto en el que se fue metiendo.

Esa visión del universo como una concatenación de factores que tienen una lógica es la fe. Entender que estamos insertos en esa lógica es un primer paso. El segundo es saber distinguir en el momento justo los eslabones de la cadena que, mirados hacia atrás, nos pueden servir en el presente o en el futuro. Que las cosas pasen por algo, o sea, que no exista el azar, no es –irónicamente- azaroso: depende de nosotros.

La resiliencia se trata, finalmente, de dedicar ese camino, esa movilización física y ese sentido de vida a personas (generalmente) de carne y hueso a quienes se ama. El quijote, al buscar dedicarse a una Dulcinea, va en ese sentido. Las cosas se hacen pensando en un alguien. La vida se vive pensando en un alguien que son los destinatarios finales de todos los esfuerzos, de todas las conquistas, de todas las batallas ganadas o perdidas…

El libro habla de ese camino, personal, pero tiene la ambición oculta de ayudar el camino de otras personas.

(Discurso en relanzamiento del libro en la UPV, 12 de octubre)